Historia
Fundación
Si bien se desconoce de manera exacta su fundación, el primer dato lo aporta un documento —considerado falso por la mayoría de los historiadores— del año 1014 de Sancho el Mayor de Navarra, según el cual el monasterio de San Sebastián se pone en manos del abad de Leyre y obispo de Pamplona. Dicho documento será confirmado, en 1101, por el rey Pedro Ramírez (Pedro I de Aragón, rey de Navarra y Aragón). Las primeras noticias escritas de San Sebastián hacen referencia a un monasterio, situado en el barrio que aún hoy se denomina San Sebastián El Antiguo. A aquel lugar se le conoció primitivamente, según algunos historiadores, como Izurum. San Sebastián surge etimológicamente de la evolución de la palabra Donebastian (de Done = Santo, y Sebastián).
En los siglos XI y XII, el monasterio de San Sebastián El Antiguo, al mismo tiempo que centro espiritual, lo era de la naciente vida social y administrativa de la población de esta zona, que, con el tiempo, de no ser por diversos avatares que tendrán lugar posteriormente, habría cristalizado en un municipio.
San Sebastián fue fundada hacia 1180 por Sancho el Sabio, rey de Navarra. Nace para ser puerto marítimo de Navarra, e inicialmente cumple su misión como tal. Guipúzcoa a partir del año 1200 rinde vasallaje al rey castellano Alfonso VIII, enemigo de Sancho el Fuerte. Para los comerciantes de San Sebastián este cambio será positivo, dado que pasa de ser el puerto de un pequeño Estado sin posibilidades de expansión territorial (Navarra), a servir de salida al mar de una monarquía, la castellana, mucho mayor, más rica y en plena expansión.
Edad Media
Los Reyes de Castilla contarán en 1248 por primera vez con fuerzas navales de San Sebastián, que tomarán parte en inutilizar la escuadra de moros y el puente de Triana, cuyo resultado fue la rendición de la ciudad de Sevilla.
Alfonso VIII jurará los fueros e iniciará la larga serie de privilegios otorgados a San Sebastián, tendentes a mantener unos vivo el tráfico navarro y otros una situación privilegiada de los comerciantes donostiarras en el mercado español.
Esta prosperidad es la que la hará resurgir de los múltiples incendios que padecerá a partir de 1266, llegando a arder por completo seis veces en dos siglos y cuarto.
La Guerra de los Cien Años, la Guerra de los Bandos y la evolución de Navarra en dirección francesa por motivos dinásticos trajeron para San Sebastián, en la segunda mitad del siglo XIV, una consecuencia grave, el desplazamiento de las principales líneas de tráfico hacia Bilbao, sustituyendo a San Sebastián como centro de gravedad del tráfico comercial.
En enero de 1489 un incendio redujo a cenizas la villa. Este desgraciado acontecimiento tuvo como medida la construcción en piedra de la villa. Este incendio sería el último de la época medieval de San Sebastián.
A partir del último cuarto del siglo XV, San Sebastián, de ser un emporio mercantil, pasará, por su situación estratégica, a ser plaza militar; y su puerto principal, Pasajes, pasará de ser esencialmente comercial, a cumplir las funciones de base naval.
Plaza militar: siglos XV–XIX
Tras la catástrofe de 1489, más que de una reconstrucción de la villa hay que hablar de una nueva forma de vida de la colectividad donostiarra. A partir del último cuarto del siglo XV, San Sebastián, de ser un emporio mercantil, pasará, por su situación estratégica, a ser plaza militar; y su puerto principal, Pasajes, pasará de ser esencialmente comercial, a cumplir las funciones de base naval de la Escuadra Cantábrica, fuerza marítima que mantendrá durante siglos (hasta el XIX) la lucha contra las escuadras francesas, holandesas y británicas.
Este nuevo papel de San Sebastián como fortaleza, encargada de frenar las acometidas de los franceses, dará lugar a que la villa tome nuevos derroteros, por los cuales ganó los títulos de Noble y Leal.
En el período entre los Reyes Católicos y Felipe V, trescientos años aproximadamente, la villa sufrirá numerosos sitios.
Este continuo estado de guerra supone para San Sebastián un fuerte deterioro de su economía, motivado por los gastos en las fortificaciones, el mantenimiento de la guarnición, y la continua caída del comercio marítimo, que, a partir de 1573, se agrava aún más, pues Sevilla adquirirá el monopolio de las transacciones con América.
Después de llevar dos siglos cumpliendo heroicamente su misión bélica, Felipe IV, en 1662, le concede el título de Ciudad. Hasta su fundación sólo había pequeñas zonas residenciales en el barrio del Antiguo, en la Parte Vieja y en el valle del Urumea, emprendiendo hasta el siglo XV un lento proceso de crecimiento.
En el año 1719 San Sebastián es tomado, por primera vez, por un fuerte ejército francés mandado por el Duque de Berwick, quien se encontró una ciudad débil en fortificaciones, y una pequeña guarnición con escasez de víveres y munición. La ciudad estuvo ocupada por una guarnición de 2.000 soldados franceses, hasta el 25 de agosto de 1721 en que, por la Paz de la Haya, fue evacuada.
Durante la Guerra de la Independencia, San Sebastián fue ocupada en 1808 por las tropas napoleónicas. Nombrado José I (José Bonaparte) soberano de España, entró el 9 de junio en San Sebastián, recorriendo la calle Narrica, en la que permanecieron todas las ventanas cerradas. En junio de 1813 los aliados, las tropas anglo-portuguesas, bajo el mando directo de Sir Thomas Graham y teniendo por generalísimo al Duque de Wellington, con un fuerte contingente de tropas y armas, sitiaron y dejaron aislada a la ciudad. Después de varios días de intenso bombardeo, en que se logra un mayor ensanchamiento de la brecha (la misma por donde entraron en 1719 las tropas francesas), se inició la operación de asalto formada por una columna de voluntarios, denominados «los desesperados». Asesinados los soldados aliados por los franceses, y cuando una nueva retirada parece lo más acertado, un incendio fortuito y el estallido de un depósito de munición francés crea la confusión en este bando. Suceso que es aprovechado por los asaltantes, obligando a replegarse a las tropas francesas hacia el Castillo, donde capitularán el 8 de septiembre.
El saqueo de los aliados durante la recuperación de la ciudad duró seis días y medio, salvándose del incendio sólo las dos parroquias y treinta y cinco casas, situadas en la calle Trinidad, que por tal motivo en la actualidad lleva el nombre de 31 de agosto. Estas casas no fueron quemadas porque servían de alojamiento para los oficiales británicos y portugueses, mientras iniciaban el ataque al Castillo.
Siglo XIX: hacia el Ensanche
Tras la guerra, los vecinos más representativos se reunieron en las afueras, en Zubieta, y decidieron reconstruir la ciudad.
La división del reino en cincuenta y dos provincias, establece la capitalidad de Guipúzcoa en San Sebastián, hasta entonces ésta se había turnado entre San Sebastián, Tolosa, Azpeitia y Azcoitia, en función de dónde se realizaban las reuniones de Juntas y residiera el Corregidor (representante del rey en la Provincia). Tras un nuevo traslado a Tolosa (1844), en 1854 se declara a San Sebastián capital de la provincia. Se decide el retroceso de las aduanas al Ebro y el cierre de San Sebastián como puerto habilitado para el comercio con América.
En la provincia se van formando dos bandos, carlistas y liberales, estos últimos partidarios de la Constitución. Ambos defendían los fueros, pero de diferente manera. San Sebastián optará por el liberalismo frente a la mayor parte de la Guipúzcoa rural.
En 1863, y tras un intenso debate, se procede a derribar las murallas, que limitaban el desarrollo de la ciudad. El 4 de mayo, a los acordes de una marcha expresamente realizada para tal acontecimiento, se procede a quitar la primera piedra que, hecha pedazos, se repartirá entre los invitados de primera fila.
San Sebastián cambia de orientación. Terminada su etapa como fortaleza pasará a cumplir la función de capital de la provincia, comenzando su expansión reflejada en el Plan de Antonio Cortázar para la nueva ciudad.
La Belle Époque donostiarra
A la muerte del rey Alfonso XII de España, en 1885, su viuda la Reina Regente María Cristina traslada todos los veranos la corte a San Sebastián, residiendo en el Palacio de Miramar. El Ayuntamiento de San Sebastián, en reconocimiento a la gran labor en favor de la ciudad, la nombrará alcaldesa honoraria. Más adelante, ya en pleno desarrollo del Ensanche Cortázar, que dotará a la ciudad de su actual atractivo arquitectónico, la construcción del Casino en 1887 aumentará el número de veraneantes.
De esta etapa son todos los edificios reseñables de la ciudad (aparte de los presentes en la Parte Vieja, los más antiguos), como la Catedral del Buen Pastor de San Sebastián, la Escuela de Artes y Oficios (actual sede de Correos) y el Instituto Peñaflorida (luego ocupado por la Escuela de Ingenieros Industriales y hoy en día por el Centro Cultural Koldo Mitxelena), el Palacio de Miramar, el Teatro Victoria Eugenia, el Hotel María Cristina, las villas del Paseo de Francia o la estación del Norte, así como el resto de edificios del Área Romántica, todos ellos con un marcado estilo francés que hizo acreedora a San Sebastián del sobrenombre de Pequeña París o París del Sur.
En 1914, y con el inicio de la I Guerra Mundial, San Sebastián se convierte en la ciudad más cosmopolita de Europa. En su Casino se darán cita todos los personajes de la vida europea, Mata Hari, León Trotsky, Maurice Ravel, Romanones, Pastora Imperio, el torero de fama, el banquero ostentoso...; son los tiempos de la Belle Époque donostiarra, y en San Sebastián actúan la compañía francesa de opereta, los ballets rusos, cantantes de ópera y muchos otros artistas famosos.
En 1930, la ciudad acogió la reunión de políticos republicanos que se dio en llamar Pacto de San Sebastián, que tendría una gran trascendencia en el posterior advenimiento de la II República el 14 de abril de 1931; de hecho, el primer gobierno republicano estará formado, en gran medida, por el núcleo de políticos participantes en el «pacto». La elección de la capital donostiarra se debió, por una parte, a la proximidad de la ciudad con la República Francesa y al hecho de que San Sebastián fuera la capital de verano de la Corte. Fernando Sasiaín, anfitrión del Pacto, sería el alcalde de San Sebastián durante la República.
Dictadura franquista
Al comenzar la Guerra Civil, el nacionalista vasco Telesforo Monzón se hace cargo de la Comisión de Orden Público, creada por la Junta de Defensa de Guipúzcoa, en la que se reunían nacionalistas vascos, republicanos, comunistas y socialistas. Constituido el Gobierno de Euzkadi, el 7 de octubre de 1936, Telesforo Monzón ocupó asimismo el Ministerio de la Gobernación.
Al poco de estallar la Guerra Civil española, el 13 de septiembre de 1936, San Sebastián cae en manos de los sublevados. La dictadura mantendrá a San Sebastián el papel de Ciudad Capital de Veraneo. Franco residirá el mes de agosto desde 1940 a 1975 en el palacio de Ayete, que comprado por el ayuntamiento fue ofrecido al general. Durante este período se celebran en dicho lugar los Consejos de Ministros.
En 1946, durante el mandato de Rafael Lataillade Aldecoa, se produce la recuperación del Gran Casino para reconvertirlo en Casa Consistorial.
En 1953, y a iniciativa de un grupo de comerciantes de la ciudad, nace el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, con el doble objetivo de alargar el veraneo en la capital donostiarra y de devolver a San Sebastián la actividad cultural y el glamour perdidos desde la Guerra Civil. El éxito de la primera edición llevó a la dictadura a hacerse cargo del evento, que progresivamente iría ganando peso y prestigio hasta convertirse en uno de los eventos culturales más importantes y con mayor proyección exterior de España y en uno de los mejores festivales de cine del mundo, escenario de algunos estrenos cinematográficos históricos y punto de encuentro de buena parte de las más importantes estrellas del séptimo arte.
Desarrollo moderno
En 1955 se inició el segundo y más importante proceso de ensanche de la ciudad, en lo que se denominó Ensanche de Amara, dando lugar a un barrio del mismo nombre (que aludía a las marismas que había en dicho terreno antes de su construcción). Uno de los primeros pasos en la construcción del ensanche fue el traslado de la Escuela de Artes y Oficios y Comercio, situada en el centro, a unas escuelas de nueva construcción, así como el del Instituto Peñaflorida, pasando a denominarse Instituto Usandizaga en su sección femenina. Puede considerarse que el proceso de consolidación del barrio de Amara finalizó en 1993, con la construcción del Estadio de Anoeta y la renovación total de la ciudad deportiva de la ciudad (situada en Amara).
Tras ambos ensanches la ciudad consolidó su eje principal, alrededor del cual continúa expandiéndose aunque a un ritmo mucho menor. Hoy las prioridades de la ciudad son la mejora de las infraestructuras (potenciación del aeropuerto, mejores comunicaciones ferroviarias, mejora de las carreteras), la regeneración de los barrios de la periferia, el mantenimiento y potenciamiento del turismo, principal fuente de ingresos, y la lucha contra el terrorismo de ETA y la violencia callejera, que han castigado a la ciudad con intensidad. El crecimiento urbanístico pretende combinarse con el cuidado del medio ambiente, la lucha a escala municipal contra el cambio climático y la sostenibilidad. Fruto de los esfuerzos realizados en dicha dirección, en 2008 San Sebastián fue premiada por la Federación Española de Municipios y Provincias como la ciudad más sostenible de España.
Tras la muerte del dictador Francisco Franco se constituyó, en 1978, una Gestora presidida por el socialista Ramón Jáuregui encargada de dirigir las instituciones municipales hasta las primeras elecciones municipales de la democracia, en 1979. En dichos comicios electorales resultó vencedor el PNV, siendo elegido primer alcalde de la nueva etapa democrática Jesús María Alkain. Le sucedió, en 1983, Ramón Labayen, también del PNV, quien a su vez sería sustituido por el nacionalista Xabier Albistur, de Eusko Alkartasuna, en 1987. El socialista Odón Elorza, del Partido Socialista de Euskadi, alcanzó la alcaldía en 1991 a pesar de ser el candidato de la tercera fuerza más votada y gracias al apoyo del PNV y el PP. El 23 de enero de 1995, en vísperas de las elecciones municipales de mayo, la banda terrorista ETA asesina al teniente de alcalde, Gregorio Ordóñez, candidato del Partido Popular. Ordóñez había mejorado progresivamente sus resultados electorales en el País Vasco, obteniendo la mayoría en las elecciones al Parlamento Europeo de junio de 1994. Tras su asesinato, el candidato del Partido Socialista, Elorza reeditada su cargo siendo el candidato más votado, y ostentando la alcaldía de la ciudad ininterrumpidamente desde entonces hasta su derrota en las elecciones municipales del 22 de mayo de 2011.
SAN SEBASTIÁN...LA CIUDAD DE ARITZ ADURIZ (PARTE I)
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